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El Rodeo es una puesta en escena, bajo la modalidad de competencia, que permite al público en general conocer y observar las actividades cotidianas que realiza el vaquero y vaquera costarricense en las haciendas: lazar y amarrar terneros, arriar ganado, por citar solo dos ejemplos, todo montado a caballo. En los comienzos solamente participaban hombres, pero en los últimos años, la presencia de la mujer ha crecido de manera notoria, incluso hay competencias en las cuales las mujeres dominan completamente.
Esta manifestación se práctica en San Carlos, según los informantes, desde la década de 1980, específicamente en Pital, incluso a este lugar se le conoce como: “La cuna del Rodeo”. Los primeros pasos se dieron de manera aficionada, con un “estilo criollo”, o sea, que los primeros reglamentos usados para los campeonatos, así como los implementos de cada participante fueron creados todos en el país, ya que, no se conocía o no se tenía contactos internacionales para importar los materiales.
Los primeros grupos de personas que practicaban el rodeo se reunían a realizar campeonatos por equipos entre barrios, comunidades o distritos, los cuales escogen a sus representantes para ver quién tenía las mejores destrezas en el redondel. Con el paso del tiempo, las asociaciones creadas de Rodeo fueron reglamentando la práctica hasta obtener lo que se ve en la actualidad: competencias con reglas internacionales para cada una de las disciplinas que realizan.
Las personas informantes mencionan que, aunque se dé una transmisión de generación en generación, hay un detalle que ha llevado a la disminución de esta práctica, en tanto, se ha vuelto una competencia costosa, aunque los premios sean sustanciosos, la mayoría de los participantes no cuenta con las capacidades económicas para adquirir un caballo con las cualidades que requiere la competencia ecuestre. Aun así, sigue siendo para la comunidad sancarleña un pasatiempo y una pasión que se comparte en familia.
Foto con fines ilustrativos
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