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Fue construida por el emprendedor y pionero en esa región, José Joaquín Barrantes Retana y su esposa Angélica Elizondo Chinchilla a partir del año 1935.
En el mes de agosto de 1936 se colocó el nombre de la finca que lucía en el techo de la nueva casa: «La Angélica». La vivienda de «La Angélica» pasó a ser la primera y única casa en San Isidro del General que incorporó en su construcción los nuevos materiales: tabiquería de madera aserrada y cepillada a mano, uso de pintura, vidrios transparentes, canoas y bajantes de metal, y otros elementos como luz eléctrica y cocina de hierro.
El inmueble se edificó sobre ochenta y cinco basas de piedra de granito labradas a mano y viguetas de madera, que sustentan la estructura de la casa que consta de ocho dormitorios, sala, comedor, cocina, pasillo, corredor y acera de tipo empedrado, ya que no se usó cemento en esta obra.
La casona con su nuevo estilo y modo de construcción, influyó poco a poco en dejar atrás un tipo de construcción más artesanal, de ranchos de bahareque con cubierta de tejas, en los que la madera que se utilizaba era sin cepillar y pintar.
Así, desde la perspectiva arquitectónica e histórica, esta casa dejó huella en el patrimonio arquitectónico del cantón, sobre todo porque la familia Barrantes Elizondo posteriormente incursionaron en el negocio del aserradero y su posterior industrialización, produciendo madera aserrada, alfajillas, cadenillos, tablones, y forros para paredes y cielos rasos.
El inmueble fue declarado Patrimonio Histórico Arquitectónico según decreto N°26217-C del 14 de agosto de 1997.
- San José
- Pérez Zeledón
- San Isidro de El General
400 metros norte del Liceo UNESCO, entrada a mano derecha, 200 metros al final de la calle.