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En las comunidades de La Cruz, el horno de barro desempeña un papel destacado, se trata tanto de un elemento doméstico como de un componente esencial para personas que tienen negocios familiares de venta de comidas. La cocción en este tipo de horno otorga un sabor distintivo a los alimentos, apreciado por muchas personas de dentro y fuera del cantón. Los materiales de construcción de estos hornos varían, desde cemento hasta barro y ladrillo, aunque su base más tradicional y usada es el barro. La creación de estos hornos es una tarea delicada. Por lo general, son confeccionados por personas con conocimientos en construcción; no obstante, en algunos casos alguien de la familia es quien decide asumir esta tarea.
No se encontró en el cantón a alguien conocido por especializarse en la construcción o mantenimiento de hornos de barro, por lo que cuando estos requieren ser
reparados se hace de manera empírica. Es normal encontrar hornos que han sido reparados con cemento sobre base de barro, en cuyo caso el principal objetivo es no dejar que se filtre el calor que se genera dentro de este.
Este horno personalizado tiene la capacidad de albergar los llamados "sartenes", que son los moldes utilizados para diversas preparaciones, especialmente la elaboración de panes y similares. Para hornear se necesitan elementos como un mesón, los sartenes y una pala de madera para extraer los productos calientes. La leña, fundamental para el proceso, se obtiene generalmente mediante la colaboración de personas allegadas que poseen sus propias parcelas; sin embargo, en invierno, la obtención de este recurso se complica y requiere espacio para su almacenamiento.
Entre los productos preparados en estos hornos se encuentran el pan de maíz, rosquillas, empanadas de maíz con relleno de queso y azúcar, tortilla dulce, tamal asado, tamal de maíz, pan de harina de trigo relleno de queso y azúcar en forma de empanadas o picos, bollos dulces, tanelas, empanadas de harina de trigo tostadas también con diferentes rellenos, rosquete, entre otras. La masa de maíz, distintiva en muchas preparaciones, se divide principalmente en dos tipos: una simple, que lleva sal, y otra dulce, con azúcar.
El proceso inicia con la preparación de los ingredientes, seguido por la mezcla y amasado de la mezcla, de la cual se obtienen diversos productos. Para la elaboración de harina de trigo, se utilizan ingredientes como levadura, manteca y azúcar. La mezcla se amasa hasta alcanzar la consistencia deseada, se extiende con una botella y se forman los bollos y otras formas de panes y rellenos. Estos productos elaborados en los hornos encuentran demanda en la comunidad.
Ya sea de cemento, barro o ladrillo, el horno tiene una fuerte presencia en los hogares, lo que sugiere que en cada comunidad hay personas realizando estas recetas. La transmisión de esta tradición se concreta principalmente en el ámbito familiar, donde la mayoría aprende de sus madres, las cuales desempeñan un papel fundamental en esta manifestación cultural. Este aprendizaje se logra a través de una combinación de práctica, observación y participación gradual en el núcleo familiar, el cual abarca desde técnicas culinarias específicas hasta recetas detalladas de los platillos tradicionales.
Adicionalmente, algunas personas tienen la oportunidad de recibir capacitación en instituciones como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). La producción de productos horneados u hornados es dinámica y genera alrededor una actividad comercial con potencial para una mayor formalización que permita incrementar los ingresos de las personas que la desarrollan. Las personas ofrecen sus productos por redes sociales, reciben encargos y es común que realicen transacciones durante los fines de semana.
- Guanacaste
- La Cruz
Cantón de La Cruz, Guanacaste.