Luis Jorge Poveda Álvarez

Nací en Turrialba centro el 6 de diciembre de 1945, estudié la primaria y la secundaria en la misma ciudad.

Luego trabajé en las vacaciones como ayudante de albañil  con el amigo Sr. Piedra en la construcción de casas en el barrio las Américas. De ahí pasé a trabajar como maestro aspirante en Cimarrón y en Peralta.

Al año siguiente ingresé a la carrera de Biología, donde me inicié en el campo de la Botánica, el cual ha sido mi pasión y mi refrescante y preciosa vida, por eso desde esa  iniciación no volví a trabajar.

Allá en la Escuela de Biología fui asistente en varios cursos y comencé a realizarme en el Herbario.Tuve la dicha de ser el botánico en un extraordinario proyecto contra el  cáncer para el Instituto Nacional Contra  el Cáncer de los Estados  Unidos y, cuyo director aquí, era el Dr. José Alberto Saénz Renault.

Estando en este proyecto un día de tantos me visitó el famosísimo dendrólogo y ecólogo Dr.L.R.Holdridge y mi gran sorpresa y emoción era de que sí quería trabajar con él en otro proyecto contra el cáncer  para el mismo país del Norte, y cuyo laboratorio aquí estaba en el prestigioso Centro Científico Tropical  y en conjunto con el Dr,Monie Hudson. Fue una labor muy ardua, de muchas experiencias, hasta a la preciosísima Isla del Coco fuimos a colectar.

En una ocasión fue terrible, creí que ya me iba a morir porque andando allá por Upala, cuando la carretera todavía era una trocha, ya muy al atardecer me mordió una serpiente Terciopelo y, por dicha, andaba sueros antiofídicos liofolizados del benemérito Instituto Clodomiro Picado Twight y pronto se hizo de noche y el Dr.Hudson inyectándome.

De esas maravillosas experiencias vio la luz del día el primer volumen de ÁRBOLES DE COSTA RICA,  donde tuve el grandísimo  honor de ser coautor con el Dr.Holdridge.

También me dedico a escribir poesías.

Estos son algunos de mis poemas:

Hoy lloro contigo

Oh Río bendito de mi niñez, hoy lloro contigo.
Te han transformado cruelmente en un horrendo basurero, en una cloaca fétida y espantosa.

Ya ni los bellos pececitos están, las preciosas y multicolores mojarras ya murieron.
Ni están los preciosos patos negros-azulados, ni las níveas garzas que por la tardes volaban en bandadas.
No ya no llegan ya no están.
Por eso hoy lloro contigo y me duele el alma. Pero sé que eres muy fuerte, y tu canto no lo podrán ensuciar, es un mantra que nos llega hasta el alma, es un canto que me lleva a las frondas lejanas de los árboles, es un canto que me lleva a la casa lejana de los tiempos.

  
La Montaña Mágica

Sí, eres mágica, eres hontanar de sabiduría, eres pan nuestro de cada día.
Oh Montaña Sagrada que nutres nuestras vidas, joyel de aventuras, sacrosanto vergel, estancia de mi vejez.

Río Turrialba

Ayer el Río Turrialba estaba furioso, en su seno se oían sus gigantescos tambores, terribles, arrolladores, como tambores de guerra, y así se lavó su preciosa cara, que la cruel e insaciable especie humana le había ensuciado espantosamente.

Y hoy es claro fresco, cristalino y su canto es dulce, es un mantra ensoñador que nos mima.