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Estoy vinculada con las artes escénicas desde el año 2002, comencé mi camino con la agrupación de Circo Teatro Magos del Tiempo con la cual realizamos varios proyectos, funciones, giras y talleres. En el 2005 esta se dividió y comenzamos un proyecto de intervenciones móviles, teatro de calle, performance llamado Kocinarte, en ambos grupos fui intérprete y productora. En el 2008 y 2009 trabajamos produciendo un pasacalles de 250 personas para el departamento de Cultura de la Municipalidad de San José, ahí comenzó a gestarse mi pasión por la plástica dentro de la escena, el vestuario, el maquillaje, dispositivos escenográficos. En el año 2009 realicé mi primer vestuario para la obra Los Entendidos, dirigida por María José Callejas.
Mi exploración de la plástica para la escena fue creciendo, al punto de postular y ganar una beca en Buenos Aires, Argentina en el año 2010 comencé mi carrera en
Diseño de Vestuario y en el año 2015 me licencié en Diseño de Espectáculos. Durante estos años en Suramérica, trabaje en varios proyecto durante mis estudios. En el año 2012 y 2013 fui vestuarista de la EMAD (escuela metropolitana de arte dramático) para dos generaciones de estudiantes de teatro en su proceso de graduación. 2015 participé en escenografía y vestuario de varias obras independientes.
Desde la experiencia en colectividad que brinda el arte escénico aprendí montones sobre el trabajo en grupo. Poco a poco fui buscando maneras de relacionarme con proyectos propios, a pequeña escala, más íntimos, que me permitieran desarrollar productos a corto plazo. Fue ahí que conocí el grandioso mundo de los títeres, realicé mi primera cajita lambe lambe, en el año 2015, obra: El Globo Azul, ahí comencé a vincularme con los muñecos, sobretodo como realizadora de mecanismos y estéticas para la plástica titiritil. A la vez comencé a realizar diferentes muñecos y títeres con varias técnicas de manipulación para vender en ferias de diseño y artesanales.
El sur aparte de darme formación, también me dio una familia. Mi primer hija nace en el año 2014 y con ella toda una transformación, donde empiezo a encontrar como danzar con la maternidad y el arte de regreso en Costa Rica. Me empiezo a vincular más con la gestión cultural que con la plástica escénica, en eso años trabaje en varias producciones como: ENAC III (encuentro nacional de circo) 2016, Semana Mundial del Arte Callejero 2016 (Fundación Pausa Urbana), Encuentro de población Ngäbe y Buglé 2017, Festival Internacional Titiritico 2018 y varias producciones de programas específicos del Teatro Nacional, 2018“como una comuidad al teatro” y “travesía por el Teatro Nacional”.
Durante esos años fui probando distintos talleres (para niños sobretodo) de máscaras recicladas, también títeres a pedido para colegas y otros clientes. En el 2019 comienzo de nuevo a con un proyecto de diseño y realización de escenografía para la obra El viaje de Niska, de la directora Beatriz López de Argentina. Desde entonces retomo con más fuerza el proyecto de diseño de muñecos y títeres para niños. También formo parte de Unima Costa Rica (Union Internationale de la Marionnette) que ha sido una plataforma solidaria con muy buenos espacios de formación e intercambio de experiencias.
Realizo títeres en diferentes formatos y técnicas de manipulación, con diseño independiente y artesanal. Para este proyecto en particular la idea es desarrollar un producto ( juguete artesanal ) que a nivel estético represente las aves seleccionadas, a nivel funcional que puede ser utilizada por niños o adultos y a nivel informativo brinde datos sobre las aves de la zona y sus características primordiales. Con el fin de reproducirlos y venderlos como piezas artesanales en distintos locales de la zona. Utilizo materiales naturales como retazos de cuero y madera.
Me encantaría lograr que la gente MIRE PA ARRIBA, observar la naturaleza, su grandeza, su belleza infinita, su vida diversa y en este caso en particular, sus aves. Considero que detenernos a observar la naturaleza, en este caso el vuelo de las aves, es un recurso inclusive medicinal en estos tiempos. Además reconocer las aves de la zona que habitas o que visitas es un juego divertido para la mente que genera pertenencia y vínculo con el entorno natural que nos rodea. Por otra parte, la serie de títeres son objetos que evocan el juego, más que su valor estético considero importante resaltar su valor lúdico, conectar con el juego, la imaginación, la creatividad. Considero que el uso y el mensaje de este proyecto puede generar calidad de vida y conexión con la naturaleza.
A la comunidad aportaría un sentido de pertenencia y reconocimiento de sus propios pájaros, información y relación con éstos y sus comportamientos. A largo plazo considero que puede generar mayor respeto al corredor biológico, conciencia ecológica para dimensionar su importancia para las comunidades que lo conforman y para el país. Por otra parte considero que el proyecto fomenta la economía entorno a lo cultural o artesanal, sería la creación de un recurso cultural que se puede comercializar en la zona. Realmente existen pocos comercios, solamente hay productores locales de alimentos, pan, leche, huevos, hortalizas, pequeños hospedajes de turismo rural, sin embargo no hay artesanos, ni venta de productos artesanales en la zona de Quizarrá, Santa Elena o Montecarlo pertenecientes a Cajón, de San Isidro Pérez Zeledón. Son pueblos pequeños donde el quehacer artístico se ve como algo muy lejano. Considero que ubicar este proyecto de títeres con una bonita presentación en estos pequeños comercios puede generar un impacto positivo en la comunidad. Nuevas ideas para producir otro tipo de artesanías, para reconocer que este es otro tipo de mercado. La zona recibe visitas de extranjeros que tiene una afinidad profesional o personal por los pájaros o por la naturaleza y pasan por estos pueblos solamente a visitar la reserva biológica.
- San José
- Pérez Zeledón
- Cajón